Baleryns López
Trazos
Trazos de piel,
de manos y pies
de pueblo conciente y activo.
Trazos de calles y avenidas
llenas de sangre e historia.
Trazos de vejez y amor
por la vida que iluminan
la conciencia de quien
lo ve y lo lee.
Grito constante
de lucha esperanzada,
grito que grita con voz infatigable
desde el día de su nacimiento,
por allá,
por el maravilloso
pueblo de Río Caribe.
Y que viene gritando
desde hace noventa y
cuatro años ya,
con sus caricaturas
subversivas y revolucionarias
debajo de un brazo,
y el aguerrido puño
del otro levantado,
con versos que enamoran
a Libertad y la liberan
de sus opresores.
Maestro creador
de ese nuevo hombre
al que la tierra tanto espera,
sindicalista defensor del obrero
y su pan pa`hoy y pa`mañana,
y en silla o con bastón o arrastrándose,
censurado,
encadenado,
como sea,
pero en la lucha,
y hasta en la muerte,
jamás sometido,
culpable de este
y todos sus pecados,
Claudio Cedeño
ahí anda con su locura precursora.
Trazos de piel,
de manos y pies
de pueblo conciente y activo.
Trazos de calles y avenidas
llenas de sangre e historia.
Trazos de vejez y amor
por la vida que iluminan
la conciencia de quien
lo ve y lo lee.
Grito constante
de lucha esperanzada,
grito que grita con voz infatigable
desde el día de su nacimiento,
por allá,
por el maravilloso
pueblo de Río Caribe.
Y que viene gritando
desde hace noventa y
cuatro años ya,
con sus caricaturas
subversivas y revolucionarias
debajo de un brazo,
y el aguerrido puño
del otro levantado,
con versos que enamoran
a Libertad y la liberan
de sus opresores.
Maestro creador
de ese nuevo hombre
al que la tierra tanto espera,
sindicalista defensor del obrero
y su pan pa`hoy y pa`mañana,
y en silla o con bastón o arrastrándose,
censurado,
encadenado,
como sea,
pero en la lucha,
y hasta en la muerte,
jamás sometido,
culpable de este
y todos sus pecados,
Claudio Cedeño
ahí anda con su locura precursora.
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